Espero.

Cuando salgo con amigos, en varias ocasiones durante la noche me abstraigo. Lo veo todo en tercera persona. Me acerco a una pared, para desde allí resguardado, contemplar la facilidad que tienen otros para celebrar lo espontáneo. 
Cada persona, una incógnita. Mis amigos hablan e intento disimular que no estoy presente. Cuando tomo un sorbo de mi trago, cae al vacío, por eso es insípido.
Observo a veces maravillado tanta dicha perecedera. ¿Soy el único que al ver algo bello recuerda lo mal que se siente cuando eso termina?
Luego la banda empieza a tocar. Un golpe de efecto que me despierta, mientras los papeles plateados bajan al ritmo de sintetizadores. Entonces mientras todos entran en calor, descubro que me falta esa parte desde hace tiempo. Los rostros de extraños, parecen extras de mis sueños. Las personas que crucé durante el día y quedaron grabadas en mi subconsciente.
Pero debe estar por ahí, la próxima oportunidad. El momento que nubla las noches con su ausencia. ¿Por qué tarda tanto en llegar? Intuyo se debe a que, cada vez es más difícil ser sorprendido. 
Compro otro trago de regreso con mis amigos, dejando la nostalgia en la barra. Me reconforta creer que cuando aparezca... lo sabré.




Comentarios