Que no sea perfecto.
Son las
expectativas, lo se, arruinan todo. Con cada inicio el período de
devoción me colma de tal forma que no puedo evitarlo, proyecto mis
metas a largo plazo en algo que recién comienza a tomar forma.
Intento no aplastar el frágil interés de cristal con mis
pensamientos, más no siempre lo consigo. Tantas veces me han jurado
lealtad y cariño e igual cantidad de veces han fallado.
Me hallo
en ocasiones sobre una tanza metálica, tan filosa como un bisturí,
meciéndome con sumo cuidado, notando las palabras que se van en el
viento. Oraciones inmaculadas de pasión y sentidas promesas, pasan
alborotadas a mi alrededor intentando distraerme del gran abismo bajo
mi zona de confort.
En cada
oportunidad tardo más tiempo en sentir algo genuino frente a
similares momentos, pensamientos y oraciones. Después de conceder mi
buena voluntad tantas veces para recibir solo otra decepción, se
vuelve difícil saber cuando debo permitirme sentir y cuando apretar
el botón de bloqueo.
Pese al
tiempo transcurrido y el dolor de lo inevitable, me permití creer
nuevamente, tal vez por ultima vez en este contexto. Una comunidad
colmada de hipocresía, donde tantos han sido el blanco de lenguas
filosas que reaccionan porque sus vidas carecen de imaginación y
valor para ser auténticos.
Lo he vivido antes, la cita perfecta, el sentido del humor, la química tan evidente que hasta la moza notaba que no podíamos ser solo amigos. La banda de covers de Cerati tocando sorpresivamente mientras conversábamos. La canción "Puente" y su estrofa "Adorable puente, se ha creado entre los dos". mientras nos mirábamos y reíamos. La mañana siguiente cuando nos despedimos para nunca más volver a vernos. Desde luego, no lo sabíamos entonces.
Yo se
que fue un error volver a dejarme ilusionar, pero no pude evitarlo cuando las palabras fluyeron con su propia cadencia, rebosando espontaneidad. Las ideas pulidas, las mismas que rumiamos en silencio, al expresarlas produjeron una descarga de energía... Excitación. Nos vi objetivamente como dos seres compatibles que no desean precipitarse a
imaginar siquiera un plano físico para ese carisma. Y sin embargo,
una nube negra se posó sobre mi consideración cuando evalúe si
valías o no la pena.
Era un
presagio claramente, pues tus bellas oraciones, solo fueron vapor
virtual. Y por ello debo repetirme otra vez, una serie de virtudes y
atributos que pueden aparecer como espejismos en mi mente, el
resultado de las acciones de mi interés romántico. Acciones de las
que luego no se hará cargo su emisor. Como todos esos textos que
profusamente envían al principio, para luego forzarme a presenciar el interés decayendo con los lapsos de tiempo entre un mensaje mío
y la respuesta desganada, horas después del visto.
Que no
tengamos los mismos gustos en música. Que no amemos las mismas
series. Que no hayamos leído los mismos libros. Que no tengamos
química inmediata para completar las ideas del otro. Que no
comprendamos y apreciemos de inmediato las referencias culturales que
cada uno utiliza. Que tu sentido del humor no sea complementario al
mío. Que tus principios, ideales y hasta presente profesional no sea
idóneo y aspiracional para mi. Que no seas más inteligente que yo.
Que no me escribas en cada momento que pienso en vos anticipando mis
deseos de hablarte. Que no seas la oveja negra en una manada
superficial. Que tus gustos no respondan a tu personalidad e identidad definidas, en lugar de buscar el atractivo en una moda. Que
nuestros labios no se encuentren en una danza perfecta. Que
no pasemos la noche besándonos porque somos tan buenos en eso. Que
no me profeses tu anhelo por hallar alguien como yo. Que no me cubras
de halagos. Que no seas exactamente lo que esperaba aunque con tu
propio estilo. Que tus movimientos no sincronicen con los míos de
forma tan idónea. Que no pasemos días sintiéndonos como
adolescentes ingenuos. Que no pensemos en el futuro juntos y
abrazados a la madrugada. Que no hagamos planes para dentro de unos
meses. Que no pases las noches conmigo prometiendo estar allí de
ahora en más. Que no me hagas sentir que puedo tomar tu mano, dentro
del lapso existencial donde caminamos a ciegas buscando el sentido,
detrás de las construcciones sociales y versiones de ídolos creados
por el hombre como respuesta a su temor al fin de su tiempo.
Que no
despierte una mañana sin tu presencia, sin pensar en vos, sin
extrañarte, sin saber que ha sido de tu vida, ni querer saber en
absoluto. Que no sea perfecto y sea real.
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