Has vuelto.

Has vuelto. Te esperaba. Desde ese día cuando se precipitó la sombra sobre la unión que envidiaba. ¿Cómo permitimos hacer y deshacer a su antojo la ambición de un ente vacío? El saludo amargo, frío, envenenado que bajo esas artimañas proferimos. Es mejor olvidarlo. 
Hubo consejos, de quienes podían ver a través de las ilusiones. Acciones postergadas, como si el tiempo nos esperara a nosotros en lugar de arrastrarnos en su estela. Hay un puente que siempre estará. Desde el amor puro, sin temor alguno, hacia nuestra familia. Esa conexión que nos mantuvo frente a todo. Y aquí estamos habiendo reconocido. Aún debemos eliminar el vacío. Pero has vuelto y es todo lo que importa.

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