Mi sueño.

Hoy tuve un sueño hermoso, donde caminaba al encuentro de una cita muy linda, nivel de belleza: modelo de 20 años en Instagram. Fue un sueño agitado, con mucho movimiento porque paseamos por el centro de Rosario a un ritmo un tanto frenético. Como otras veces me ha pasado cuando sueño con Rosario y bajo de un colectivo en una esquina que junta piezas del Boulevard Oroño con la terminal, tal vez como veía a Rosario cuando era un niño de 7 años visitando a su tía.
Fue un sueño maravilloso, no tanto como esos donde se desarrolla una historia de amor de la cual soy testigo y no protagonista. (¡¿En serio que le pasa a mi inconsciente?! ¡¿No podría ser yo el protagonista?!) Todos terminan celebrando el amor de dos personas y despierto llorando de felicidad o de ansiedad porque eso nunca me pasó a mi en la vida real.
Pero fue un sueño interesante, como suelen ser mis sueños vagando por Rosario, inventando bares para la noche, locales de chocolate artesanal para el día o facultades cuyos edificios conjugan el centro universitario, facultad de medicina, facultad de derecho y facultad de humanidades y artes; para ilustrar la tarde.
Así de relevante y vertiginoso ha sido mi sueño. Uno donde con esta cita irradiando belleza y juventud, caminaba las calles a gran velocidad evitando a su ex. Oh si, ¿mencioné que evitamos a su ex? Su muy reciente ex, por cierto. Demasiada historia entre ellos, para ser tan jóvenes pero sí, su muy importante ex. El Ex... Lo estábamos evitando deliberadamente, aunque no lo habíamos cruzado para nada, ni parecía que fuéramos a hacerlo.
No había mucho que temer. Rosario es grande pero el microcentro no tanto. Uh quizás si deberíamos apresurarnos en camino a ese Starbucks, ay perdón no sabíamos que íbamos a Starbucks, solo que necesitábamos un bar que cumpliera ciertos requisitos. Mhm requisitos como: tener estilo, estar bien ubicado, servir un producto rico, ofrecer comodidad, cierta intimidad y desde luego estar the fuck away from su ex y los lugares que frecuenta.



Pues no estábamos buscando un Starbucks pero terminamos ahí, después que entraramos a un local de ropa / farmacia donde quería comprar algo mientras yo miraba las ventanas y de casualidad notaba que su ex estaba pasando por la calle en la que estábamos caminando directo a Pellegrini. ¿Qué calle era? No lo se, pero si se que doblamos porque se lo pedí y pasamos por Rioja donde un edificio en la esquina era precioso y copiado directamente del Downtown de New York por mi subconsciente, incluso sus ladrillos rojos y escaleras para incendios en negro. En fin ahí doblamos en una calle paralela y redoblamos el paso. ¿Las calles? Solo se que Starbucks estaba en Mitre y Estados Unidos. Así es, inventé un local y una calle, soy Joseph Gordon Levitt en Inception. ¿El nunca inventó nada en Inception? No me importa. Pero no quiero ser Ellen Page.
Allí comenzamos a charlar y noté que el sueño se desmoronaba, la belleza de mi cita no podía distraerme de nuestras incompatibilidades. Tal vez porque estaba despertando y mi yo consciente es una especie de sapiosexual, pero la cita millenial no era para mi gusto todo lo que prometía su impecable cuerpo. Entonces comencé a pensar en el ex, como sería si se encontraran, ¿por qué temía que se encontraran? Seguramente me dejaría por su ex, parecían mucho más compatibles. Eso que inventé como lucía el tipo y solo lo crucé por unos segundos en la calle. Pero sí, el ex era una amenaza palpable para nuestra leve estructura recién creada, los cimientos frescos aún podrían ceder. Y si no fuera eso, sería la diferencia de edad porque yo me consideraba mayor en el sueño. Pronto mi deseo de pagar la cuenta, se yuxtapuso con otras escenas y el sentido comenzó a escurrirse como una pintura de acuarelas a la que tiran un vaso con agua.. 
Hoy pasé por una esquina cerca de un puente y la reconocí de inmediato, es ahí donde me bajo del colectivo en mis sueños, para iniciar una rutina vertiginosa. Un lugar que nunca visité adrede pero donde paso muchas veces. Como esas oportunidades que se crean  y destruyen sin que lo sepas, con cada decisión que tomes. Así la arquitectura de los sueños avanza, toma forma, pierde cohesión cuando cambiás el recorrido o tu atención se fija en otros detalles. Detalles que tal vez no merezcan tu tiempo, como esta cita no merecía el mío. Tuve un sueño divertido, ahora estoy despertando.

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