Mi meta.
El sentido de lo real
juguetea con mi depredador sentido de la razón. Espera inmóvil que mis garras
se desplieguen para luego huir dentro del laberinto compuesto por todos los estadíos
pertinentes de la vida. Sólo en lo aparente como acostumbra y sin evidencias
concluyentes, este valor etéreo y precioso regresa en plena forma. Mientras
espero su indulgencia o el premio por mi astucia que alguna vez le atrapará, me
contento con saber lo poco que sé y ser capaz de recordar mi meta.
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