Reconozco.

 Estilo (esa mala palabra). Es una facción que perfecciono. Muta según mis intereses. Mi actitud frente al ojo crítico casual, las mentes codiciosas que ansían mis prendas aunque no lo admitan. A veces es minimalista, convencional, incluso anodino. Otras veces cuando estoy en un momento de bondades internas; es colorido, osado, inteligente. En alguna ocasión todos los factores confluyen y obtengo algo original.  
 Mi estilo es ahora neutro. Intento lograr el epítome nonchalant. No quiero imponerme, mejor presentarme. Quiero ser percibido como alguien accesible. Por eso los tonos clásicos, con detalles modernos, accesorios clave, fragancias acordes, calzado trendy. Contengo mi pasión, avasallante para muchos. La reciclo para mejorar los rasgos, pensar los movimientos, anticipar los diálogos, editar sus contenidos. 
 La imagen de presentación. El plano de tu creatividad. Uniforme de combate contra los visos grises que perturban la vida diaria. Si es verdad que deberíamos unirnos en lugar de combatirnos. También es cierto que el veneno de quienes solo pueden pensar en si mismos es lo que nos mantiene fragmentados. 
Vos y todo lo que tenés. Y querés mas. No es suficiente. Y así otro que ha logrado avanzar, siempre tragando saliva al ver tus lujos quiere lo mismo. Será una versión beta de vos. De tu egoísmo. Sera incluso peor al momento de defender su patrimonio. Así es esto, gris. Donde el color proviene de la creatividad, la imaginación. ¿Y qué es el diseño sino su yuxtaposición?
Todo es mercado. El diseño está a la venta. No es accesible en general pero si sos creativo podes lograrlo. Tu estilo (esa mala palabra). Tu expresión. Tu visión. Tu armadura. 
 Por lo pronto continúo cargando varios interrogantes. ¿Qué es lo siguiente? ¿Dónde estoy situado? ¿Encontraré la plenitud? ¿Me importará cuando la halle? No puedo anticipar mucho. Lo traduciré abstracto: Para empezar a caminar quiero creepers.



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